Síntomas de la anemia hemolítica adquirida

A veces, un dolor de cabeza no es más que eso, pero ¿qué pasa si es algo más serio? Con demasiada frecuencia, los problemas médicos graves comienzan a manifestarse con pequeños síntomas aparentemente inofensivos. La anemia hemolítica adquirida, una afección que causa la inoportuna destrucción y remoción de los glóbulos rojos del torrente sanguíneo, puede comenzar con síntomas inocuos o como el resultado de alguna otra enfermedad o infección. La anemia hemolítica adquirida comparte muchos síntomas con las formas más conocidas de anemia, pero también puede presentar signos que parecen extrañamente fuera de lugar para una complicación de salud que afecta principalmente a las células sanguíneas. Aprenda más sobre estos síntomas ahora.

Síntomas compartidos con otras formas de anemia

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Inicialmente, la anemia hemolítica adquirida puede ser difícil de diagnosticar definitivamente, ya que tiene muchos síntomas compartidos con otras formas de anemia. Como todas las demás, los que sufren de anemia hemolítica adquirida sentirán una fatiga general y duradera. Este cansancio es el resultado directo de la muerte de los glóbulos rojos, ya que un recuento bajo de glóbulos rojos significa que el cuerpo no tiene suficientes células para llevar el oxígeno necesario a los diversos órganos y tejidos. Esto también puede manifestarse en forma de mareos, dolores de cabeza o falta de aliento, que son síntomas comunes a todos los tipos de anemia. Además, la falta de glóbulos rojos puede llevar a tener otras complicaciones más prominentes, incluyendo dolores de pecho, piel pálida y un notable frío en las extremidades mientras el cuerpo lucha por entregar suficiente oxígeno a todos los sistemas del cuerpo.

Soplos cardíacos

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Un síntoma más grave, pero no visible, de la anemia hemolítica adquirida es el desarrollo de un soplo cardíaco. Esta afección es generalmente descrita como un sonido inusual, que va de débil a fuerte, entre los latidos regulares del corazón. Los profesionales médicos han reportado que se parece a un silbido. Dependiendo de la intensidad, puede ser más o menos difícil de detectar. Para los que sufren de anemia hemolítica adquirida, los soplos cardíacos se producen debido a la ausencia de glóbulos rojos. Debido a que los glóbulos rojos llevan oxígeno esencial a los órganos y tejidos del cuerpo, la falta de estos glóbulos obliga al corazón a trabajar más para llevar la sangre oxigenada a todo el cuerpo, y por lo tanto, causa el soplo.

Bazo e hígado agrandados

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Otro síntoma preocupante de la anemia hemolítica adquirida es el agrandamiento del bazo e hígado. El primero es el órgano que filtra las células sanguíneas envejecidas o dañadas y que combate las infecciones y puede agrandarse debido al estrés que ejerce sobre este órgano la muerte de los glóbulos rojos. El hígado, que descompone la hemoglobina y excreta bilirrubina, puede inflamarse o agrandarse a medida que aumentan las concentraciones de bilirrubina en sangre. Conocida como bilirrubina prehepática, ciertas afecciones como la anemia hemolítica adquirida pueden causar el deterioro excesivo y la muerte de los glóbulos rojos antes de que lleguen al hígado, lo que resulta en un aumento de los niveles de bilirrubina. Este compuesto, conocido como bilirrubina no conjugada, es tóxico a menos que sea filtrado por el hígado. El hígado puede entonces agrandarse mientras intenta procesar una cantidad desproporcionada de esta bilirrubina no conjugada. Aunque no se detecta visualmente, el agrandamiento de uno o ambos órganos puede causar un dolor abdominal significativo, lo que debería motivar una visita al doctor.

Ictericia

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La ictericia es un síntoma fácil de reconocer tanto de la anemia hemolítica adquirida como del agrandamiento del hígado provocada por los niveles de bilirrubina inusualmente altos. Esta típicamente se describe como la presencia de un notable tono amarillo en la piel o el blanco de los ojos. Ocurre cuando los glóbulos rojos mueren y liberan bilirrubina en el torrente sanguíneo. Este compuesto, normalmente excretado en niveles manejables desde el hígado, se acumula en niveles excesivos a medida que más glóbulos rojos mueren prematuramente, provocando este cambio distintivo en la apariencia física. El hígado no procesa la bilirrubina no conjugada y esta es tóxica para el organismo. El exceso de bilirrubina también puede provocar la decoloración de la orina.

Orina oscura

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Un síntoma significativo pero de la anemia hemolítica adquirida es la presencia de orina oscura. Intrínsecamente ligado al agrandamiento o inflamación del hígado y a la ictericia, la orina de color oscuro es un indicador de que el sistema de filtración natural del cuerpo no está funcionando correctamente. La tonalidad oscura es el resultado del exceso de bilirrubina, un subproducto de la descomposición de los glóbulos rojos. Esta sustancia es generalmente de color amarillo o marrón y en condiciones normales es el compuesto que da a la materia fecal su pigmento marrón. Sin embargo, como los niveles de bilirrubina en el torrente sanguíneo aumentan junto con la destrucción de los glóbulos rojos, el exceso no puede ser filtrado adecuadamente por el hígado y los riñones, y por lo tanto oscurece la orina al expulsarla del cuerpo.

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