Guía sobre los tipos comunes de quistes
Los quistes son bolsas de tejido llenas de sustancias como aire, fluidos y pus. Pueden aparecer en casi cualquier parte del cuerpo o debajo de la piel. Existen muchos tipos diferentes y la mayoría son benignos, aunque algunos pueden ser cancerosos. Los cancerosos necesitan tratamiento inmediato. Los dermatólogos son a menudo los médicos que diagnostican los quistes y ayudan a determinar el tratamiento apropiado. Los más comunes incluyen inyecciones de corticoesteroides, drenaje con una aguja, uso de ungüentos tópicos e incluso cirugía de extirpación.
Quistes sebáceos

Un quiste sebáceo es benigno y se encuentra en la piel. En su mayoría se localizan en el pecho, el cuello o la cara. No ponen en peligro la vida y tienden a tener ciclos de crecimiento lentos. Si siguen creciendo sin control, pueden provocar molestias. Estos se forman a partir de la glándula sebácea, que es la que produce los aceites de la piel y el cabello. Si la glándula o el conducto a través del cual la glándula libera el sebo se bloquea o se daña, se puede desarrollar un quiste.
La causa más común de una glándula bloqueada o dañada es una lesión, que puede ser tan pequeña que apenas se nota, como un rasguño, por ejemplo. Otros pueden ser problemas crónicos de piel como el acné. Las heridas quirúrgicas también pueden dañar la glándula sebácea y generar un quiste. Algunos pueden no notar el crecimiento del quiste hasta semanas o meses después de producirse la lesión. Otras causas comunes de los quistes sebáceos incluyen la deformación de un conducto. Algunos individuos pueden desarrollarlos debido a afecciones genéticas.