Efectos secundarios de las píldoras para dormir

Las píldoras para dormir se suelen recetar para ayudar cuando los trastornos, los viajes y el estrés interfieren con los patrones de sueño de un individuo. También pueden ser prescritos en aquellos casos en los que el paciente experimente insomnio. Sin embargo, se recomienda que las personas con insomnio crónico también busquen terapia de comportamiento y empleen cambios de comportamiento, ya que estos tienden a ser más eficaces que una pastilla para dormir por sí sola. Las alternativas de tratamiento varían según la causa subyacente. El insomnio suele, generalmente, ser un síntoma, no una enfermedad. Tratar el síntoma con pastillas para dormir es solo una parte de la solución. Los somníferos pueden ser vitales para ayudarlo a descansar; sin embargo, todas las medicinas para dormir que se venden con receta médica tienen riesgos, especialmente para aquellos que padecen enfermedades renales, hepáticas, entre otras. Por lo tanto, siempre debe hablar con su médico antes de tomar cualquier decisión.

Somnolencia durante el día

Uno de los efectos secundarios más comunes de los somníferos es la somnolencia diurna. Esta suele suceder cuando los efectos de la droga no han desaparecido a la hora de despertar. Los medicamentos para dormir son hipnóticos que inducen la necesidad de dormir y, si el medicamento está todavía en el sistema al despertar, el paciente se sentirá cansado. La mejor manera de minimizar el riesgo de somnolencia es tomar la dosis en el momento correcto. La mayoría de las píldoras para dormir están pensadas para ser tomadas inmediatamente antes de ir a la cama. Estos medicamentos de rápida acción para dormir son poderosos, por lo que solo debe usarlos para una noche completa de sueño: siete u ocho horas antes de despertarse. Algunos pacientes no toman la medicación antes de acostarse y, en su lugar, recurren a las píldoras como último recurso en medio de la noche. Entonces, la medicación está todavía activa en su máxima potencia a la hora de despertar, lo que puede causar que se duerma demasiado, que no se escuchen las alarmas despertadoras o que el paciente esté extremadamente aturdido.