Señales de alerta de la trombosis venosa profunda
La trombosis venosa profunda (TVP, por sus siglas en inglés) es causada por la formación de un coágulo de sangre en una vena profunda del cuerpo. Esto normalmente sucede en la parte inferior de la pierna, aunque también puede ocurrir en la pelvis y el muslo. Entre las personas con mayor riesgo se incluyen a las mujeres embarazadas y quienes viajan en vuelos largos o en coche, así como los pacientes que se recuperan de una cirugía. Las personas obesas también pueden tener un riesgo elevado.
Es importante buscar tratamiento para la trombosis venosa profunda tan pronto como sea posible. Los médicos suelen recetar medicamentos anticoagulantes. También puede necesitar usar calcetines de compresión para evitar que la sangre se acumule en las piernas. A veces, esto es suficiente para curar la trombosis venosa profunda. Para saber qué hacer es especialmente importante reconocer los síntomas más importantes.
Calambres o dolor en la pierna

Los calambres o el dolor en la pierna pueden indicar la presencia de un coágulo de sangre en la pantorrilla. Esta es una de las localizaciones más comunes para la trombosis venosa profunda. Estos síntomas casi siempre ocurren en una sola pierna. Quienes corren mayor riesgo de tener TVP en este lugar son los viajeros y los que se recuperan de una cirugía. Esto se debe a que ambas situaciones dan lugar a la inmovilidad y a la limitación del flujo sanguíneo. Los calambres, el dolor y el malestar de la trombosis venosa profunda generalmente no se explican por otras causas.
Si bien el dolor puede comenzar siendo leve, puede volverse severo rápidamente en cuestión de horas. Por ejemplo, algunos pacientes no pueden tolerar que una sábana toque su pierna debido al dolor extremo. Además de calambres en la pierna, los pacientes también pueden tener un dolor intenso en el pie o en el tobillo. Los médicos suelen recomendar calcetines de compresión para los pacientes que están en el hospital después de la cirugía y para quienes tengan planificado realizar viajes largos. Estos ayudan a mantener la sangre en movimiento en las piernas, reduciendo el riesgo de que se forme un coágulo.