Una de las pruebas más críticas para la detección temprana son los autoexámenes del seno. Las pistas visuales pueden ser a veces obvias e incluyen cualquiera de los siguientes cambios: hoyuelos, arrugas en la piel o abultamiento del tejido mamario. Los pezones pueden cambiar de posición o invertirse, puede desarrollarse un sarpullido o puede producirse dolor e hinchazón. Se recomienda hacer un autoexamen al principio del ciclo menstrual y tomar notas para poder hacer comparaciones mensualmente. La mejor manera de auto-examinar sus senos es en la ducha, mientras esté acostada o parada frente al espejo.