Síntomas de la anemia hemolítica adquirida
A veces, un dolor de cabeza no es más que eso, pero ¿qué pasa si es algo más serio? Con demasiada frecuencia, los problemas médicos graves comienzan a manifestarse con pequeños síntomas aparentemente inofensivos. La anemia hemolítica adquirida, una afección que causa la inoportuna destrucción y remoción de los glóbulos rojos del torrente sanguíneo, puede comenzar con síntomas inocuos o como el resultado de alguna otra enfermedad o infección. La anemia hemolítica adquirida comparte muchos síntomas con las formas más conocidas de anemia, pero también puede presentar signos que parecen extrañamente fuera de lugar para una complicación de salud que afecta principalmente a las células sanguíneas. Aprenda más sobre estos síntomas ahora.
Síntomas compartidos con otras formas de anemia

Inicialmente, la anemia hemolítica adquirida puede ser difícil de diagnosticar definitivamente, ya que tiene muchos síntomas compartidos con otras formas de anemia. Como todas las demás, los que sufren de anemia hemolítica adquirida sentirán una fatiga general y duradera. Este cansancio es el resultado directo de la muerte de los glóbulos rojos, ya que un recuento bajo de glóbulos rojos significa que el cuerpo no tiene suficientes células para llevar el oxígeno necesario a los diversos órganos y tejidos. Esto también puede manifestarse en forma de mareos, dolores de cabeza o falta de aliento, que son síntomas comunes a todos los tipos de anemia. Además, la falta de glóbulos rojos puede llevar a tener otras complicaciones más prominentes, incluyendo dolores de pecho, piel pálida y un notable frío en las extremidades mientras el cuerpo lucha por entregar suficiente oxígeno a todos los sistemas del cuerpo.