Una guía para la prevención y tratamiento de coágulos sanguíneos en casa

Si bien son poco comunes en la población general, los coágulos de sangre son un riesgo sustancial para algunos. Las mujeres que toman hormonas artificiales, las que están inmovilizadas durante largos períodos de tiempo y las que han sido operadas recientemente corren un riesgo especialmente alto. Aunque los coágulos de sangre, también conocidos como trombosis venosa profunda, pueden representar un grave peligro; hay muchas maneras de prevenirlos y tratarlos. Las siguientes son medidas preventivas aprobadas por los médicos para reducir el riesgo de desarrollar este grave problema de salud.

Elevar las piernas y los pies

Se tiene mayor riesgo de desarrollar coágulos de sangre cuando la sangre se acumula en las extremidades inferiores. Elevar los pies y las piernas permitirá que las venas devuelvan la sangre al corazón más eficientemente y así reducirá las posibilidades de coagulación. Aquellos que deban estar postrados en la cama durante mucho tiempo, después de una cirugía o por alguna enfermedad, deberán poner bloques debajo de las patas de la cama para elevar las piernas, manteniéndolas ligeramente más altas que el corazón. Otra alternativa consiste en colocar almohadas debajo de la cintura para lograr el mismo resultado.

Reducir la ingesta de sal

La sal irrita el endotelio o revestimiento interior de las venas y arterias. Como resultado, los vasos sanguíneos no funcionan tan eficientemente para mover la sangre por el cuerpo. Esto provoca la acumulación de sangre en las extremidades inferiores, donde es más probable que se coagule. El daño al endotelio también hace que las células sanguíneas se adhieran más a las paredes de los vasos, aumentando el riesgo de tener coágulos. El consumo excesivo de sal es perjudicial para el sistema cardiovascular de diversas maneras, siendo los coágulos de sangre uno de los riesgos más significativos. Reducir la ingesta de sal y eliminar todos los alimentos enlatados y procesados reducirá significativamente el riesgo de padecer coágulos sanguíneos.

Usar ropa holgada

Los jeans y la ropa ajustada pueden ser muy elegantes, pero inhiben el flujo sanguíneo de manera peligrosa para aquellos que tienen mayor riesgo de desarrollar coágulos de sangre. La ropa holgada, por otro lado, permite el libre movimiento de los fluidos en el cuerpo. Si la ropa es lo suficientemente ajustada, puede comprimir las venas, que tienen paredes frágiles y flexibles. Las venas comprimidas le dan lugar a la sangre para acumularse dentro del cuerpo, formando un coágulo. La ropa holgada es especialmente importante para los que están inmovilizados durante mucho tiempo, ya que incluso las pequeñas restricciones podrán generar un cambio significativo en el flujo sanguíneo. Elija ropa suelta y ligera que permita que la sangre fluya libremente por el cuerpo.

Mantener un peso saludable

Muchas personas en Estados Unidos y en otros países desarrollados llevan unas pocas libras más de lo que se considera saludable; esto los pone en riesgo de que se les coagule la sangre. Existen varias razones por las que las personas con sobrepeso tienen un riesgo mucho mayor de tener coágulos sanguíneos; la grasa adicional comprime los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de la misma manera que la ropa ajustada. La obesidad causa cambios reales en la composición química de la sangre, aumentando la inflamación y disminuyendo la salud de los vasos sanguíneos. Perder una cantidad pequeña o moderada de peso ayudará a reducir el riesgo de aparición de los coágulos de sangre.

Mantenerse bien hidratado

Para aquellos que van a abordar un vuelo de muchas horas, que estén planeando someterse a una cirugía, o que lleven a cabo otras acciones que los pongan en riesgo de que se les coagule la sangre, beber mucha agua puede reducir los riesgos de tener coágulos. La hidratación adecuada previene los coágulos de sangre de varias maneras; aumenta el fluido en los vasos sanguíneos, diluye la proporción de células sanguíneas y reduce la viscosidad, limitando el riesgo de coagulación. Además, el líquido adicional se deshará de los elementos irritantes en el torrente sanguíneo que dañan el endotelio y las células sanguíneas. La coagulación de la sangre es una respuesta natural al daño, así que eliminar las toxinas puede reducir significativamente los riesgos. Elija el agua en lugar de los zumos y los refrescos, ya que estos líquidos con alto contenido de azúcar pueden provocar deshidratación.

No fumar

El tabaco en todas sus formas puede aumentar la posibilidad de desarrollar un coágulo de sangre; esto incluye cigarrillos, cigarros, tabaco sin humo y otras fuentes de nicotina. Incluso los cigarrillos electrónicos, los parches de nicotina y los chicles pueden aumentar este riesgo. La nicotina aumenta la actividad de las células que contribuyen a la coagulación, mientras que ralentiza el movimiento de los productos bioquímicos en la sangre que descompone los coágulos. Debido a esto, quienes ingieren nicotina no sólo tienen más probabilidades de desarrollar un coágulo de sangre, sino que también corren más riesgos de presentar coágulos más significativos que pongan en riesgo su vida. Para poder dejar el tabaco, hay muchos medicamentos disponibles para reducir los antojos y aumentar las posibilidades de éxito.

Hacer ejercicio con regularidad

El ejercicio es una de las mejores armas contra los coágulos de sangre, ya que aumenta un proceso conocido como fibrinolisis, que descompone los coágulos. El movimiento de los músculos también mejora el retorno de la sangre venosa al mover la sangre de las extremidades inferiores. Girar los tobillos en círculos y apretar repetidamente los músculos de las piernas son formas excelentes de ejercicio que se pueden realizarse en cualquier lugar. Caminar o trotar también son opciones que mantendrán la sangre en movimiento mientras disminuyen el riesgo de tener coágulos de sangre. Antes de utilizar el ejercicio para prevenir los coágulos de sangre, siempre se debe pedir a un médico o fisioterapeuta una lista de actividades apropiadas para su condición física y su salud en general.

Usar calcetines de compresión

Aunque la mayoría de las prendas ajustadas aumenta la posibilidad de que se formen coágulos, el uso de calcetines de compresión provoca el efecto contrario. En lugar de restringir el retorno venoso, estas prendas impiden activamente que la sangre se acumule en las extremidades inferiores. Con las piernas y los pies apretados, no hay lugar para que la sangre y los fluidos se acumulen. Un médico puede recetar calcetines de compresión o pueden conseguirse en algunas tiendas especiales. Es clave que encajen correctamente, para que se compriman sin comprometer el flujo sanguíneo o la actividad del sistema nervioso. Los calcetines no sólo previenen los coágulos de sangre, sino también reducen los dolores y la fatiga musculares en general.

Tomar una aspirina para bebés a diario

Los médicos ahora recomiendan una aspirina para niños porque es una medida segura y barata de prevención para una variedad de problemas, como los coágulos de sangre. La aspirina reduce la acción de las plaquetas, una de las células sanguíneas que contribuyen a la coagulación. Estas son parte de la etapa más temprana de la formación de un coágulo, recogiéndose y pegándose para formarlo. La reducción de la acción de las plaquetas reduce significativamente la formación de coágulos. Una dosis baja de aspirina para bebés es segura para la mayoría de las personas y no suele tener efectos secundarios. Discuta la posibilidad de tomar aspirina para bebés con un médico para aprender más sobre su seguridad y viabilidad para situaciones de salud especiíficas.

Evitar estar inmóvil durante mucho tiempo

Los largos períodos de inmovilidad son el principal factor de riesgo para el desarrollo de coágulos sanguíneos. A veces esto es inevitable, como cuando uno se recupera de una cirugía o debe estar en cama con una enfermedad grave. Sin embargo, hay otras ocasiones en las que las personas no deben permanecer sentadas durante largos períodos por motivos médicos. Los vuelos largos y los viajes en coche prolongados, por ejemplo, aumentan el riesgo de tener coágulos sanguíneos. Uno puede reducir este riesgo estando de pie, caminando y estirando las piernas periódicamente durante los descansos. Hacer que la sangre fluya evita que esta se acumule en lugares donde es probable que se formen coágulos.