Efectos secundarios de la prednisona
La prednisona es un medicamento ampliamente utilizado que pertenece a una familia de medicamentos llamados corticoesteroides, muy similares a la hormona producida naturalmente llamada cortisol. El cortisol es producido por las glándulas suprarrenales y altera la forma en que funciona el sistema inmunológico, ayuda al cerebro a utilizar la glucosa de manera más eficiente, suprime el sistema digestivo y retrasa los procesos de crecimiento. Sin embargo, los corticoesteroides se usan para disminuir la acción del sistema inmunológico cuando está causando más daño que bien. Diversas enfermedades y afecciones pueden producir anormalidades del sistema inmunológico que pueden necesitar tratamiento con corticosteroides como la prednisona. Esta ayuda a evitar que el cuerpo haga responsables a los químicos de las respuestas inflamatorias. La prednisona se usa con mayor frecuencia para tratar la artritis reumatoide, el lupus, la miositis, la vasculitis, las enfermedades de la piel, los trastornos respiratorios, la olitis ulcerosa y los trastornos alérgicos.
Retención de fluidos y sodio
Quienes toman prednisona pueden experimentar retención de sodio y fluidos. Como se ha mencionado, los corticoesteroides como la prednisona son muy similares a la cortisona, que influye en la forma en que el cuerpo maneja su delicado equilibrio entre el sodio, el agua y otros electrolitos. Cuando el equilibrio de electrolitos y agua se pierde, el cuerpo tiende a retener más sodio del que debería. El exceso de sodio en el cuerpo de un individuo sano se elimina a través de la orina, las heces y el sudor. La prednisona, al igual que la cortisona, puede interferir con la eliminación normal de sodio. Cuando el sodio permanece en el organismo, el fluido imita al sodio y también permanece en el cuerpo. La retención de sodio y líquidos conduce a un aumento de peso, a la acumulación de líquido excesivo en las células fuera de la corriente sanguínea y a la presión arterial alta.
Presion arterial alta
La presión arterial alta es un efecto secundario frecuente de la toma de prednisona. Este es uno de los muchos medicamentos que hacen que el cuerpo sea incapaz de eliminar el sodio de la forma en que debería a través del sudor, las heces y la orina. Este mal funcionamiento causa la retención de más líquido de lo normal en el cuerpo porque el líquido sigue al sodio. El exceso de líquido en el cuerpo añade volumen al ya existente de la sangre en circulación. El volumen de sangre se vuelve más alto de lo normal con el exceso de líquido, lo que significa que más sangre está siendo forzada a través de los vasos sanguíneos mientras el corazón la bombea alrededor de su cuerpo. Este mecanismo es comparable a como el agua corre a través de una manguera de jardín. Cuanto menos agua sea forzada a través de la manguera del jardín, menor será la presión en el interior y en las paredes de la misma. Por ende, un mayor volumen de sangre aumenta la cantidad de fuerza que se ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos mientras el corazón la bombea por todo el cuerpo. Este aumento de la fuerza en los vasos se mide como la presión sanguínea de un individuo.
Dolores de cabeza
Los dolores de cabeza son un efecto secundario que se produce en las personas que toman prednisona durante un período prolongado. Estos no son causados por la medicación en sí, sino que son más bien una complicación de la hipertensión arterial inducida a menudo por el uso prolongado de prednisona. Este síntoma tiende a ocurrir de forma bilateral, o en ambos lados de la cabeza. La presión arterial alta produce efectos adversos en la barrera hematoencefálica de un individuo y causa una acumulación de presión en el cerebro. La sangre puede filtrarse de los vasos sanguíneos del cerebro debido a la alta presión sanguínea, que produce una hinchazón inflamatoria en el interior del cráneo. Debido a que el cráneo es un hueso que no es flexible y no puede expandirse, la hinchazón dentro del cráneo hace que los tejidos cerebrales se compriman. La compresión anormal del cerebro y los tejidos circundantes hace que las fibras nerviosas cercanas se irriten. Estos nervios irritados transmiten señales de dolor responsables de que el paciente sienta dolor en la cabeza, el cuello y la cara.
Náuseas y vómitos
Si bien no son efectos secundarios comunes de la prednisona, algunos individuos pueden experimentar náuseas y vómitos. Se sabe que este medicamento y otros corticoesteroides causan ciertos cambios en el revestimiento del estómago y el intestino delgado. Un proceso conocido como biosíntesis de prostaglandinas tiene lugar en el estómago y el intestino delgado de un individuo sano cuando el contenido de los órganos alcanza un nivel de pH demasiado bajo. La biosíntesis de la prostaglandina induce una respuesta que aumenta la alcalinidad del contenido del estómago y el intestino delgado. Sin esta respuesta alcalina, la barrera mucosa en el revestimiento de tales órganos puede erosionarse cada vez más debido a la alta acidez de su contenido. Las dosis moderadas a altas de prednisona durante algún tiempo pueden causar la inhibición de la biosíntesis de la prostaglandina, lo que provoca un aumento de la acidez en el estómago y el intestino delgado que produce un daño significativo en los tejidos que deben ser protegidos por la capa de mucosa en sus revestimientos. Con una capa de mucosa comprometida y los tejidos inflamados, el estómago y el intestino delgado son incapaces de digerir y absorber los alimentos adecuadamente. Las náuseas y los vómitos pueden ocurrir debido a la extensa inflamación de estos componentes digestivos, el crecimiento excesivo de bacterias, o la fermentación de alimentos estancados.
Aumento de peso
Un efecto secundario adverso común de la prednisona durante períodos prolongados es el aumento inesperado de peso. Los corticosteroides como la prednisona pueden influir en la forma en que el cuerpo utiliza naturalmente las calorías y en la forma en que maneja la deposición de grasa. Se sabe que estas interferencias hacen que un paciente que toma el medicamento durante un período prolongado tenga mayor apetito. Con un aumento del apetito, se suelen consumir más calorías. Consumir más calorías que las que el cuerpo consume se denomina balance energético positivo. Cuando esto sucede, el exceso de calorías que no se quema se almacenan en el cuerpo como tejido graso. Con el tiempo, el tejido graso se acumula en el cuerpo y causa un aumento de peso o un incremento neto de la masa corporal total. La prednisona también puede dar lugar a un aumento de peso debido a su tendencia a hacer que el cuerpo retenga más sodio y líquido que de otro modo se eliminaría a través del sudor, la orina y las heces.
Cambios de humor
Muchos pacientes experimentan cambios de humor durante el tratamiento con prednisona. Estos pueden variar considerablemente. Por ejemplo, algunos reportan sentimientos de euforia mientras que otros han experimentado depresión, ansiedad e ira. Los pacientes pueden tener cambios de humor muy rápidos durante el uso de la prednisona, los que a menudo se desarrollan sin provocación y sin razón aparente. Quienes usan prednisona pueden sentirse extremadamente tristes o enojados sin saber por qué. La prednisona a veces se asocia con cambios más severos en la salud mental, incluyendo el desarrollo de psicosis, delirios y demencia. Es más probable que se produzcan cambios de humor cuando la prednisona se toma en dosis más altas y que desaparezcan al reducir la dosis o suspender el uso por completo. Si los cambios de humor son perjudiciales, deberá consultar con su médico para cambiar de medicamento.
Menos producción de orina
La disminución en la producción de orina es común con el uso de prednisona. El paciente puede notar que ya no utiliza el baño tan a menudo y que la micción ahora es dolorosa. Puede ser difícil expulsar la orina y hasta sentir que es incapaz de vaciar completamente la vejiga. La disminución de la producción de orina puede hacer que el cuerpo retenga líquidos, y esto puede llevar a un aumento de peso y a un incremento de la plenitud y redondez de la cara y el cuello. Los pacientes deberían controlar la producción y el color de la orina e informar a su médico si experimenta dolor al orinar. Es especialmente importante seguir bebiendo líquido para prevenir la deshidratación. Dado que los problemas con la micción pueden provocar complicaciones renales, es posible que los pacientes necesiten controlar sus riñones durante el tratamiento con este medicamento. La atención médica de emergencia es necesaria si el paciente es completamente incapaz de orinar.
Pulso o latidos irregulares
Los pacientes que toman prednisona frecuentemente dicen experimentar un latido o pulso irregulares. Pueden notar que sus latidos son más rápidos o más lentos de lo normal, y la sensación de un latido de corazón similar a las palpitaciones podría estar presente. Las personas que toman este medicamento deberían revisar su pulso en casa con regularidad. Esto puede hacerse con un medidor de presión sanguínea o un oxímetro de pulso; muchos detectarán un latido irregular del corazón. Dado que un latido cardíaco irregular podría indicar un problema médico más grave y aumentar el riesgo del paciente de padecer ciertas afecciones cardíacas, siempre debe estar controlado por un médico. El doctor revisará el latido del corazón con un estetoscopio y puede pedir que complete un electrocardiograma. Los pacientes que experimentan un ritmo cardíaco irregular podrían beneficiarse de cambiar a otro medicamento si es posible. Muchos notan que su ritmo cardíaco se vuelve regular de nuevo después de dejar la prednisona. Los pacientes que tienen ciertos factores de riesgo cardíaco pueden necesitar hacerse controles frecuentes durante el tratamiento con prednisona.
Visión borrosa
Los individuos que experimenten visión borrosa durante su tratamiento con prednisona deben hablar con su médico de inmediato. Esto disminuye la agudeza visual y los pacientes pueden notar que los objetos y los individuos aparecen borrosos. Pueden ver halos alrededor de las luces, y sus ojos pueden lagrimear o doler. Generalmente en estos casos hace falta un examen de salud ocular con un oftalmólogo, quien revisará la presión ocular, la agudeza visual y la salud de los músculos oculares. El médico necesitará saber que el paciente está tomando prednisona y le preguntará cuándo comenzaron los síntomas oculares, cuánto tiempo duran y si algo los empeora o mejora. Quienes regularmente experimentan visión borrosa mientras toman prednisona pueden tener dificultades para realizar actividades diarias como leer, conducir, escribir o usar la computadora. Para reducir la visión borrosa y otros efectos secundarios, el médico puede optar por reducir la dosis de prednisona del paciente o se pueden considerar medicamentos alternativos. Cualquier cambio en la visión que ocurra con la prednisona suele desaparecer después de suspender el medicamento.
Problemas respiratorios
La prednisona se utiliza para tratar muchos tipos de trastornos respiratorios y los pacientes que experimentan problemas respiratorios mientras toman este medicamento podrían tener una reacción alérgica. Si se produce falta de aliento, debe buscar inmediatamente atención médica de emergencia. Los problemas respiratorios asociados con la prednisona son más comunes en las mujeres de más de 60 años y en los pacientes con hipertensión arterial. Los problemas respiratorios suelen comenzar durante el primer mes de uso y tomar este medicamento junto con el bromuro de tiotropio también podría aumentar la probabilidad de experimentar este efecto secundario. Para determinar la causa de las dificultades respiratorias, los médicos primero revisarán los signos de una reacción alérgica, incluyendo la hinchazón facial y las erupciones de la piel. Si se descarta una reacción alérgica, puede ser necesario un examen físico y estudios de imagen para detectar problemas de salud subyacentes. Se pueden realizar pruebas de función pulmonar y es posible que el paciente deba tomar medicamentos adicionales para reducir los problemas respiratorios mientras toma prednisona. La modificación de la actividad podría aliviar este efecto secundario y los pacientes deberán ser monitoreados regularmente por sus médicos de cabecera.