Síntomas relacionados con la porfiria
La porfiria es el nombre que se da a un grupo de trastornos causados por la acumulación de sustancias químicas productoras de porfirina en el cuerpo. Las porfirinas son necesarias para que la hemoglobina funcione. Dicha proteína, que se encuentra en los glóbulos rojos, es responsable de llevar el oxígeno a los tejidos y de fijar el hierro. Sin embargo, tener niveles demasiado altos de porfirinas puede causar problemas importantes de salud. La porfiria aguda tiende a afectar el sistema nervioso de un individuo, mientras que la porfiria cutánea afecta la piel. Los síntomas varían mucho según el tipo y la gravedad de la enfermedad. Mayormente, la porfiria se transmite de padre a hijo a través de un gen anormal. La enfermedad no tiene cura, pero hay cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a evitar que se desencadenen los síntomas.
Estreñimiento o diarrea
Cuando los pacientes tienen porfiria aguda, uno de los síntomas comunes son estreñimiento o diarrea. También puede haber otros problemas digestivos, como un fuerte dolor en el abdomen, náuseas y vómitos. Estos tienden a aparecer rápidamente y pueden ser graves. Después de un ataque, las molestias tienden a mejorar lentamente en unos pocos días o semanas. El tipo más común de porfiria aguda es la de tipo aguda intermitente. Este tipo se produce cuando hay una deficiencia enzimática que conduce a un exceso de porfobilinógeno y ácido delta-aminolevulínico.
Dolor muscular y hormigueo
El dolor muscular y el hormigueo son síntomas comunes de la porfiria aguda. El hormigueo puede ser una sensación de "alfileres y agujas en el cuerpo" similar a la que se experimenta por la mala circulación de la sangre. También puede haber entumecimiento en las extremidades. Los músculos pueden debilitarse o paralizarse por completo debido a problemas del sistema nervioso.La debilidad muscular neurológica se produce cuando las señales entre el cerebro y los músculos se debilitan o interrumpen. Varios factores pueden provocar ataques, como las dietas bajas en calorías, el alcohol y los medicamentos.. Los cambios hormonales durante el ciclo menstrual también pueden desempeñar un papel clave. Si tiene otras enfermedades, infecciones o está expuesto a solventes orgánicos, puede ser más susceptible a tener un ataque.
Palpitaciones
Las palpitaciones son un síntoma cardiovascular común asociado con la porfiria aguda. Estos pueden incluir latidos irregulares o rápidos sin razón aparente. Las palpitaciones cardíacas pueden ser causadas por un número de diferentes afecciones; la porfiria es apenas una de ellas. Las formas más comunes en las que se manifiestan las palpitaciones son saltándose latidos, latiendo con fuerza en el pecho o generando una sensación de que el corazón está inquieto. Las molestias también se manifiestan en el cuello y la garganta, además del pecho. Cuando no son causadas por un problema de salud como la porfiria, generalmente están relacionadas con el uso de ciertos medicamentos, estrés o ejercicio. Si experimenta palpitaciones con frecuencia, debe hablar con un médico para asegurarse de que no se trata de un problema cardiovascular o neurológico más grave.
Presión arterial alta
Los individuos con porfiria aguda pueden tener presión arterial alta. En los casos de porfiria aguda intermitente, muchos no desarrollan hipertensión arterial hasta varios años después de la aparición de los primeros síntomas. La hipertensión se considera una complicación de la enfermedad. Otra complicación que puede ocurrir después de vivir con la enfermedad durante años es el daño renal, que a su vez puede conducir a una insuficiencia renal. Los pacientes también pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer de hígado. La hipertensión se produce cuando la sangre ejerce demasiada fuerza contra las paredes de las arterias. Este problema es muy común y no siempre es provocado por la porfiria. En muchos casos, la hipertensión es generada por el estrechamiento de las arterias.
Confusión o desorientación
La porfiria aguda causa una serie de síntomas neurológicos como confusión o desorientación. También puede provocar ansiedad, paranoia o alucinaciones. A veces, resulta difícil diferenciar los problemas neurológicos de los problemas de salud mental, especialmente cuando se asemejan tanto a trastornos como la esquizofrenia. La confusión y la desorientación pueden presentarse de manera similar a la demencia y a otras enfermedades relacionadas con la memoria. Los pacientes pueden confundirse acerca de dónde están, quiénes son los demás o cuál es la hora. La confusión y la desorientación pueden ir y venir en los episodios. Dado que estos son signos de problemas cerebrales potencialmente graves es importante que un médico los evalúe lo antes posible.